Hemos celebrado satisfactoriamente los XXXVII años de fundación del Seminario Mayor Diocesano Nuestra Señora del Camino. Mons. Melotto que tuvo la valentía de lanzarse a este proyecto divino, ahora desde el cielo estará viendo los frutos de su trabajo. Como relatan los documentos, el Seminario comenzó con 5 alumnos y un padre formador, Eduardo Aguirre. Al año siguiente hubo más presencia de vocaciones. Mons. Eduardo Fuentes fue una figura importantísima para que se consolidara el Seminario, y contamos actualmente con su protección y pastorea en la entrada de la Capilla del Seminario (nos referimos a su Báculo que se encuentra en la parte de arriba de la puerta de la entrada de la Capilla). Los formadores que llegaron de España fue otra etapa de empuje para la institución, de ellos actualmente se encuentra entre nosotros el padre Abelardo Pérez, gran conocedor de la historia del Seminario de sus luces y sombras. A tantas personas con quienes el Seminario se siente deudor, algunos son conocidos otros se mantuvieron en el anonimato, con sus oraciones y ayudas económicas.
El Seminario no sería lo que es si no fuera por tantas personas que día a día se sacrifican por el. Los amigos del Seminario han jugado un papel importante para que la formación avance, amigos de Adveniat, la Conferencia de Estados Unidos, de España en otros tiempos, de la Universidad Rafael Landivar (CAPS), y de otras instituciones que han pedido mantenerse en el anonimato, gracias a todos ellos es que ahora la Diócesis de Sololá-Chimaltenango cuenta con más de 100 sacerdotes nativos. La mayor parte del clero es jóven. Esto hace que le estén dando un gran empuje a la vida diocesana.
Con el tiempo se vio la necesidad de abrir un Seminario Menor, luego separar la Etapa de Propedéutico y trasladarlo a Chimaltenango para una proceso más específico. Todo esto es gracias a Dios y a sus bienhechores.
Estamos agradecidos con todos, por las oraciones de tanta gente, laica y religiosa, desde las personas pobres que dan un quetzal hasta los que dan todo lo que pueden. Infinitas gracias.
Dios siga bendiciendo sus vidas y los recompense por todo lo que han hecho por el Seminario de Sololá.
A nuestros ex alumnos que trabajan fuera de la Diócesis, uno en Roma, y los que están estudiando actualmente en Roma también y en España, el que trabaja en Argentina, en en otros diócesis de Guatemala, les mandamos saludos y bendiciones.
A los que han formado parte del equipo de formadores, tanto a los cercanos y a los lejanos, Dios les recompense todo lo que han hecho por esta porción del pueblo de Dios.